la doncella se enfermó
sus ojos se tiñeron de gris
y sólo existió el brillo del sudor
cayendo por su frente
a causa de la fiebre
aquella mañana despertó
con su pequeño cuerpo seccionado
tan frágil como el amor
el primer día del año
se quebró en cubos transparentes
pero su universo era de colores
llamaba en silencio al oscuro príncipe
el cual vendría sobre un murciélago dorado
atravesando las montañas más altas
y los pantanos más profundos
él la armó con inquietante ternura
sin pedir nada a cambio entonces
comieron del mismo plato
su lecho fue el mundo derruido
y la lúgubre noche los encontró
abrazados como dos cadáveres
que ardieron por el fuego
pero la sangre que aún corría
los hizo incorporarse
y bailar
como criaturas
salvajemente inocentes
entonces mirando sus hondas pupilas
él desnudo sus verdaderas intenciones:
deconstruir el amor
y unificarlo
al interior de su vientre
para condenarse
o quizás
ser salvos
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