las sombras
tienen sangre escondida
en sus bordes plateados
en sus filos y orillas
gozan los desgraciados
hay un lugar reservado
para mi alma doliente
que silenciosa y obediente
se acerca ya al estrado
le preguntan si antes quiere
mencionar quizás algo
una broma o un poema
que no sea tan largo
alza su mano
y así escribe
en ese aire viciado
en la noche
las palabras
brillan
como los ojos
de los gatos
se sienta
musita
tras el llanto
balbucea
y luego grita
las sombras
tienen orillas
impregnadas
de mentiras
cuando el día
ya resuena
han quebrado
sus rodillas
y mi alma
que agoniza
recoge sus palabras
y las organiza
confusamente
y deprisa
como semillas envenenadas
las vierte por todas partes
y en cada parte renace
un alegre lamento
o una tristísma risa
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