hay mujeres
que se entregan sin remedio
a los brazos de la muerte
ofrecen sus dulces penas
a cambio de guirnaldas de oro
hay mujeres enterradas
como un antiguo tesoro
en los confines de la vida
esperando que alguien las halle
y las rescate de lo obscuro
cientos de exploradores
con palabras y conjuros
intentan siempre buscarlas
pero hay ciertas palabras
que no son las adecuadas
sólo queda revestirlas
con brillantes esmeraldas
y esperar que se confundan
en la noche sus fragancias
hay mujeres voladoras
sin escobas y sin alas
se apoderan de tu cuerpo
trasladándose a otros tiempos
cuando el amor renacía
en el sexo de las flores
cuando el dolor era manso
como un pétalo en el ojo
sus frescos vientres vibraban
a su gusto y a su antojo
ante el dulce sonido de las palabras
así ellas no rimaran
pues en el fondo una rima es
una moneda de dos caras
y eres el guerrero o embustero
dependiendo como lo hagas
ellas sin embargo
sonreían y callaban
inocentes se entregaban
en los brazos de la noche
y cuando el viajero iba
cercando el surco inexplorado
los devoraban sin prisa
tornándose los versos en llanto
así los perfumes de las ninfas
se impregnan en el oído
y las musas más antiguas
no te cobran el servicio
pero en la tarde hay dolores
que no se extirpan con un vicio
o llenando cuadernos enteros
ante una botella de vino
ya no eres el guerrero
dueño de un vasto sitio
sino el mozuelo aprendiz
de tus perpetuas heridas
las que embellecen e iluminan
el pálido rostro de la Luna
el que intenta enamorar
a las hijas de las musas
a sabiendas que aún no cumplen
la mayoría de edad
pero es mejor comenzar
a enseñarles el camino
y ofrecerte de maestro
para inducirlas al vicio
aunque la ley divina te persiga
y no te deje tranquilo
y te encierren en una cárcel
sin ventanas y sin libros
descubrirás luego tu inmortalidad
cuando veas que estás solo
que los cuerpos ya son polvo
y los gallinazos gordos
no quedará nadie
que te escuche recitar
sólo esa herida abierta
cual estigma atemporal
que en vez de engrandecerte
siempre te ridiculizará
moverás así la boca
pero no te escucharas
e interminables palabras
intentarán tu funeral
sin poderlo ya lograr
todas las musas rendidas
aplaudirán adoloridas
mientras se soban
por detrás
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