eras pequeña
y lo abarcabas todo
hablabas despacio
y callabas lo necesario
morías en mi mano
y en mis ojos
bajo la sombra
de nuestra ausencia
pero en mis labios
viviste un día
en la arena perdida
a los pies de Dios
y tu felicidad sucedió
como un trágico accidente
como una extraña herida
que te salió un día
tú lo sabías
yo recorría
los senderos
de tu historia
con tijeras doradas
y cucharitas de té
para sacarnos los ojos
y dejarlos abandonados
sobre un charco de lluvia
fue agradable
besar tu boca rota
aunque fuera
con mi cabeza degollada
porque así puedo decir
que conocí el amor
aunque fuera pequeño
e inmenso
a la vez
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